sábado, 17 de mayo de 2008

El Pájaro y el Elefante



Un gran árbol crecía en medio de la selva. En lo más alto, un pequeño pájaro había construido un nido para su familia de tres pajaritos recién nacidos. Un día, un elefante pasó por allí. Se apoyó en el tronco y se rascó la espalda. El árbol empezó a crujir y agitarse. Los pajaritos, llenos de miedo, se acurrucaron junto a su madre. Esta sacó la punta del pico fuera del nido y dijo: “¡Eh, gran animal, hay muchos árboles por aquí! ¿Por qué agitas precisamente éste? Mis hijos tienen miedo y pueden caerse del nido”.

El elefante no dijo nada, pero miró al pájaro con sus pequeños ojos, sacudió sus grandes orejas al viento y se marchó.

Al día siguiente, el elefante volvió y se restregó una vez más contra el tronco. El árbol empezó a balancearse. Los asustados pajaritos se acurrucaron de nuevo junto a las alas de su madre. Esta vez la mamá pájaro se enfadó. “Te ordeno que dejes de agitar nuestro árbol –gritó- o te daré una lección”. “¿Qué podrías hacerle a un gigante como yo?” –rió el elefante- . “Si quisiera podría darle tal empujón al árbol que tu nido y tus hijos saldrían disparados muy lejos”. La madre pájaro no dijo nada.

Al día siguiente, el elefante regresó y se rascó de nuevo. Rápido como un rayo, la mamá pájaro voló dentro de una de las enormes orejas del elefante y allí le hizo cosquillas, arañándole con sus patas. El elefante agitó la cabeza..., pero no ocurrió nada. Así que rogó al pájaro que se fuera y le prometió dejar de restregarse contra el tronco. Entonces el pájaro se fue de la oreja del elefante y volvió al nido, junto a sus crías. Nunca más volvió el elefante a rascarse la espalda.

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